Sudaderas sin capucha: un look que nunca falla

Es una realidad. El verano nos ha dejado y hace ya tiempo que dijimos adiós a salir de casa solo con una manga corta. Hemos revisado nuestros armarios buscando prendas que nos ayuden en la transición hasta el frío invierno. Sin duda, una de las opciones más cómodas y socorridas son las sudaderas sin capucha.

También nos valdría un jersey, es cierto. Pero admitámoslo, un jersey tiene un toque más serio que no va tanto con nosotros, mientras que una sudadera tiene ese peculiar estilo apto para llevar en cualquier situación. Nos sirve tanto para ir a clase como para abrigarnos después de hacer deporte. O incluso para llevar al trabajo. 

Las sudaderas son de las prendas más populares entre los hombres de todo el mundo. Las hay de muchos tipos. Aunque quizás la diferenciación más importante esté en si llevan o no capucha.

 

Las de la primera opción, las que llevan capucha, dan un aspecto bastante más informal y desenfadado. Son, sin duda, las preferidas por el público más joven.

Pero si lo que buscas es la comodidad de la prenda sin renunciar a ir algo más formal y acorde para cada ocasión, tu mejor opción es, sin duda, la sudadera sin capucha.

 

Ventajas de llevar sudaderas sin capucha

 

Son muchas las razones que podríamos darte para elegir una sudadera sin capucha frente a una que sí la tiene. Alguna ya te la hemos adelantado un poco más arriba. Pero quizás la mayor ventaja es el poder ir siempre cómodo.


Las sudaderas en sí son una apuesta clara por la comodidad. Por un lado, por la que ofrece este tipo de prenda en sí misma. No hay que olvidar que nació como una prenda para uso deportivo. Pero hoy en día es un elemento que no puede ni debe faltar en ningún armario.

Por otro lado, también hablamos de la comodidad añadida de las sudaderas que no tienen capucha. Sobre todo si llevamos abrigo, chaquetas u otra prenda que nos vayamos a poner por encima.

Otra de las grandes ventajas que ofrece una sudadera sin capucha frente a una que sí la tiene es la imagen y, por tanto, el uso que podemos hacer de esta prenda. Las que tienen capucha no pueden evitar proyectar una imagen más informal y “universitaria”, mientras que las sudaderas sin capucha se pueden combinar perfectamente con cualquier look y utilizarse para casi cualquier ocasión.

Esta imagen y estilo de las sudaderas sin capucha también se puede traducir en actitud. Llevar esta prenda dice mucho de nosotros. A nadie se le escapa que la ropa que llevamos es una expresión de nosotros mismos. Sabemos qué ropa llevar y estamos seguros de ello. Llevamos una sudadera porque creemos que la comodidad no está reñida con “ir bien”. Sabemos cuáles son las cosas importantes de la vida, pero también que la vida no es para tomársela tan en serio.

Además, ya pasaron los años en los que solo la camisa y el traje estaban permitidos para ir a trabajar. La sudadera es una prenda que, en unas décadas, se ha colado en todos los sectores de nuestra vida. Es tremendamente versátil. La podemos utilizar para ir a trabajar, a la biblioteca, salir con los amigos o para ir a hacer la compra.

La última gran ventaja que podemos añadir y, como se suele decir, no menos importante, es el tiempo.

Sí, has leído bien. El tiempo es algo que no nos sobra precisamente. Y si lo tenemos, no nos gusta emplearlo en estar decidiendo qué ropa nos vamos a poner, ¿verdad?

Gracias a la versatilidad de la que hemos hablado, las sudaderas sin capucha son una apuesta segura para ir a cualquier lugar o evento, por lo que no vamos a perder tiempo decidiendo qué ponernos en esta u otra ocasión. Una sudadera sin capucha es un valor seguro.

 

¿Cómo combinar una sudadera sin capucha?

 

No nos cansamos de repetirlo; las sudaderas sin capucha son la mejor opción para combinar con cualquier look.

¿Vas a ir a hacer deporte o a dar un paseo por el campo? Pues una sudadera es la prenda ideal para ir abrigado. Es la combinación lógica de manga larga para llevar con un pantalón de deporte.

Sí. Eso lo sabemos.

Pero el marido perfecto de una sudadera es, sin lugar a dudas, el pantalón vaquero. Éste es el look más versátil y que más se adapta a cualquier tipo de situación. Con un vaquero y una sudadera sin capucha mostramos además esa imagen desenfadada, pero decente, que queremos transmitir.

Con este look podemos ir acertados tanto para ir a tomar una cerveza con los amigos como para ir a una comida con los compañeros del trabajo.

Por supuesto, todo dependerá también de los estilos y colores de ambas prendas. Pero una sudadera sin capucha y un pantalón vaquero bien combinado es una garantía de éxito para casi cualquier situación.

 

La sudadera sin capucha; una prenda centenaria

 

La sudadera sin capucha está a punto de cumplir cien años de vida. Esta prenda nació sobre los años 20 de la mano de Benjamin Russell, un fabricante de ropa interior femenina estadounidense. La idea surgió tras las quejas de los jugadores de fútbol universitarios sobre los jerseys que utilizaban en aquel entonces, hechos de lana. Daban demasiado calor y eran propensos a encogerse tras ser lavados.

Russell utilizó el mismo material de la ropa interior de la mujer, el algodón, para hacer estas nuevas camisetas deportivas. Así nació la sudadera sin capucha, que fue rápidamente aceptada por todos los deportistas del país.

Las que tienen capucha tardarían aún varios años en llegar. Se comercializaron primeramente en Nueva York para trabajadores que ejercían su labor con temperaturas muy bajas, como los empleados de almacenes frigoríficos. De esta forma, se ahorraban el llevar otra prenda para la cabeza, como el gorro, y podían quitarse y ponerse la capucha fácilmente.

¿Conocías el origen de esta prenda? ¿Se te ocurre alguna ventaja más de las sudaderas sin capucha? Déjanos tu comentario más abajo. Tu opinión nos interesa.